Los habitantes de Nueva Zelanda que han ido a Inglaterra están muy enfadados con las leyes de allí, debido a que han tenido que pagar una serie de impuestos que tiene que pagar el mundo al salir del país. En el caso de Nueva Zelanda, al ser un destino de larga distancia, este impuesto es mayor y por ello el descontento es patente.

Todavía lo es más cuando se piensa aumentar este impuesto de 60 dólares a 130 dólares, por lo que no es una medida que Nueva Zelanda vea con muy buenos ojos. Esto es un total abuso y hace que muchos turistas decidan no salir del país. Tampoco es una buena publicidad para los turistas procedentes de Nueva Zelanda, que no quieren gastarse tanto dinero por salir de Inglaterra.

Sin duda Inglaterra sabe como no debe tratar a los turistas y de esta forma se sigue ganando la enemistad de muchos turistas, que ven estos precios como muy abusivos. Cuando el precio de las tasas suba y los turistas que tengan como destino uno de estos países lejanos, tengan que pagar el precio de estas tasas tan elevadas.